No reposo en mis sueños, ingrata
Y son largas mis horas de espera
En mi alma tus ojos de hoguera
Brillantes y negros
Me roban la calma
En mi afán de piadoso poeta
Mientras llora la Luna en la noche
En mi mano, su llanto de nardo
Lo tomo y lo guardo en mi corazón
Solo sin tu amor de siempre
Los fantasmas negros
De la oscuridad
Ponen con su risa fría
Germen de tormenta
En mi soledad
Siento que en mi triste vida
Vos estás prendida
Porque te he querido
Porque te has metido
Fría y despiadada
Como la acerada
Hoja de un puñal
Tanto y tanto como yo
Algún día sufriras
Ya tendrás un nuevo amor
Y ese amor me ha de vengar
Y en tus horas de quebranto
Este mismo llanto
Subirá a tus ojos
Y al ponerlos rojos
Lo que estoy pasando
Lo comprenderás