Se llamaba María Remedios
Y en el barrio San Telmo, nació
Fue guerrera de la independencia
Y en trances heroicos
Su arrojo mostró
Tuvo amores con un arribeño
Buen sargento riojano de ley
Que en la noche de su casamiento
Moría en la Iglesia cercana al virrey
Después de unos años
Del triste recuerdo
Marcho de su patria
Con un batallón
Y aquellos amores
Del pobre sargento
Se fueron borrando
De su corazón
Igual que un soldado
Vistió desde entonces
Con botas, espuelas
Y gran chiripa
Y fue prisionera de los realistas
En la residencia de la libertad