No debí, pensar jamás
En lograr tu corazón
Y, sin embargo, te busqué
Hasta que un día te encontré
Y con mis besos te aturdí
Sin importarme que eras buena
Mi ilusión fue de cristal
Se rompió cuando partí
Pues nunca, nunca más volví
Que amarga fue tu pena
No te olvides de mí
De tú Gricel
Me dijiste al besar
El Cristo aquel
Y hoy que vivo enloquecido
Porque no te olvidé
Ni te acuerdas de mí
Gricel, Gricel