Nació la sombra de un árbol en flor
Junto a la loma, al arroyo, el trigal
Fue el niño dueño del aire y del Sol
Y el campo era su inmensidad
Creció en un mundo pequeño y feliz
Era su magia, la lluvia y la voz
Que en el silencio de un día estival
Decía la estrofa de una canción
Aprendió que vivir cada día es salir a buscar
La esperanza, el trabajo, la pena
El amor, la amistad
Aprendió a vivir
Un día cualquiera llegó a la ciudad
Y la ciudad se quedó con su amor
Él trajo el aire más puro y su paz
Y la ciudad le enseño otro Sol
Hoy que se ha ido y no volverá
Junto a su casa hay un árbol en flor
En el cielo es campo y es inmensidad
Y en el silencio lo encuentra a Dios